En Japón lo hacen, y adivinen para qué, para combatir el estrés. Sí, la medida fue adoptada en el año 2000 por una compañía y hoy muchas siguen el ejemplo, incluso pagando a los empleados que salven gatos de la calle.
Así lo levantó en su portal web el diario La Tercera, ya que al parecer los felinos resultan como una excelente terapia para combatir el estrés de las interminables horas de trabajo y de las estructuras jerárquicas de las compañías japonesas.
Relata que estos animales deambulan entre teclados y computadores, durmiendo y comiendo en total libertad junto con los colaboradores La firma nipona que empezó a desarrollar este método fue Ferray, compañía informática de la ciudad de Tokio, cuyo presidente Hidenobu Fukuda, lo inició a petición de uno de sus colaboradores para
autorizar luego a todos los miembros a ir hasta la oficina con la mascota felina.
Además de la novedosa terapia, este empresario empezó a pagar hasta 5.000 yenes al mes, cerca de US$ 55, a los empleados que salvaran a gatos callejeros.
“Los gatos se pasean, comen hasta están durmiendo justo a nuestro lado y es relajante”,
comentó Eri Ito, miembro de Ferray. Otros casos. La nota explica que también otras empresas ya habían empezado a recurrir a los animales para reducir el estrés y la ansiedad. Es así el caso de un grupo estadounidense, bajo la firma Oracle Japan, cuenta con pastor inglés de nombre Candy, que se encarga de la recepción de
los invitados y de calmar al personal desde más de una década e incluso le atribuyeron perfiles en redes sociales como Twitter e Instagram, indica. Pasona Group, una empresa de recursos humanos, también incursionó con los animales para fines terapéuticos de sus funcionarios. Cuenta el artículo que dicha firma contrató a tiempo completo a dos
cabras allá por 2011 y dos alpacas para el 2013.
Pero no solo las empresas fueron las que implementaron la peculiar terapia, ya que en Tokio existen cerca de 60 cafés que cuentan con gatos oficialmente reconocidos, donde los felinos deambulan entre los clientes.
Sobre algunas desventajas del ingreso de los gatos en las oficinas, Fakuda admitió que a veces los felinos llegaban a cortar llamadas telefónicas o incluso apagar computadores por andar paseándose entre escritorios.
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